lunes

Te perdono, me perdono.





A ti,
que me quitaste la ilusión de la primera comunión.
A ti,
que me quisite ahogar aquélla vez en la piscina.
A ti,
que me ridiculizaste delante de todos mis compañeros de clase de francés.
A ti,
que nos abofeteabas en las clases de Lengua.
A ti,
que quisite abusar de mi aquélla noche fría en el monte.
A ti,
que no quisite bailar conmigo en aquél picadero.
A ti,
que olvidaste nuestra amistad de los años de colegio.
A ti,
que me intimidaste con el color de mi pelo.
A ti,
que orinaste en mi espalda aquélla tarde de matar moros.
A ti,
que me golpeaste por defender a un amigo que me dejó solo.
A ti,
que te negaste a que formara parte de los boy scouts.
A ti,
que me insultaste llamándome hijo de cura.
A ti,
que me quitaste las gafas hasta que tus vergüenzas quiseron devolvérmelas.
A ti,
que me dejaste desnudo delante de aquéllas chicas.
A ti,
que me llevaste maniatado hasta mi casa.
A ti,
que me obligaste a ir a aquél colegio.
A ti,
que me diferenciaste de mis compañeros por un cigarrillo.
A ti,
que me dejaste encerrado en aquél cuartel.
A ti,
que confundiste mi miopía con una falta de respeto.
A ti,
que me abofeteaste por querer compartir nuestra casa.
A ti,
que me humillaste con tu diferencia genital.
A ti,
que te encargaste de hacerlo público.
A ti, a ti, y a ti
que me hicisteis dudar tanto de mi capacidad para ser arquitecto.
A ti,
que me arrancaste las gafas de un manotazo.
A ti, y a ti
que me devolvisteis indiferencia por amistad.
A ti,
que no supiste enseñarme.
A ti,
que te despediste con esa camisa azul John Wayne.
A ti,
que avasallaste mi confianza y rompiste mi guitarra.
A ti,
que conseguiste apartar a un amigo.
A ti,
que lo intestaste pero no lo conseguiste.
A ti,
que como siempre, me volviste a dejar por una mujer.
A ti,
que descargaste en mí tu ira infantil.
A ti,
que siempre quisiste ser más que todo el mundo.
A ti,
que siempre querías pelea tras ese papel de bromista.
A ti,
que como siempre, me volviste a dejar por otro hombre.
A ti,
que me llevaste emgañado a aquélla reunión.
A ti,
que rompiste mi butaca y lo callaste.
A ti,
que prestaste mis libros sin pedir permiso.
A ti,
que fuiste la más comoda y egoísta, por tu dinero.
A ti,
que me obligaste a solucionar tu vida.
A ti,
que me abndonaste a mi suerte en aquél tribunal.
A ti,
que me rociaste de perfume femenino.
A ti,
que me engañaste para hacerte un hueco en la profesión.
A ti,
que envidiaste tanto mis ganacias en el estudio.
A ti,
que nunca me devolviste el dinero prestado.
Y a mi,
que hoy vacío mi interior de culpas.

A vosotros y a mi,
os perdono, y me perdono.

7 > > > > Centímetros:

Tesa dijo...

Hale... hagamos acto de constricción
¡y todos de cabeza al cielo!

Mcartney dijo...

No se trata de ir al cielo vecina. Simplemente de andar más descargado. Y que lo sepan los demás, porqué no.
Beso.

Carabiru dijo...

:)

Se siente uno mejor después del lavado de alma, verdad?

Mcartney dijo...

No hay color, Carabiru. No hay color.

Anónimo dijo...

Toma y toma joseba, jajaja, eres... lo mas... si ejj que te tengo que querer... t'as quedao como dios... un beso ( anonima ) juasss

Mcartney dijo...

Anónima, me he quedado agusto no lo puedo negar. Pero me lo recordaré las veces que haga falta para que no se me vuelvan a pegar al alma como el chicle al zapato.
Un beso para ti, y recuerdos para los cuñaos.

Mcartney dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.