Con mi escalímetro

Si imaginamos la línea del tiempo como una agenda en la que vamos anotando día a día las tareas que tenemos que realizar., el futuro, que se halla en sus hojas, va apareciendo saltando por sus páginas de derecha a izquierda , siguiendo el paso del tiempo, del día a día, y el pasado se va acumulando en las hojas que quedan a la izquierda. En este caso el sentido de la línea del tiempo sería de derecha a izquierda.
Sin embargo si imaginamos la línea del tiempo como un observador que la mira desde una acera, o desde un arcén de una carretera de dos direcciones, y siempre que no nos hallemos en Inglaterra, ya que allí circulan en sentido distinto, el futuro tiene mas que ver con el automóvil que se acerca por nuestra izquierda y una vez que ha llegado a nuestra posición, esto es, el presente, se pierde por la derecha en lo que podríamos llamar el pasado. En este caso, pues, el sentido de la línea del tiempo iría de izquierda a derecha. Imagunemos ahora la línea del tiempo como un reloj de arena, en el cual el futuro se halla en la mitad superior del reloj de la cual va fluyendo la arena por el estrangulamiento central que representa el presente y que ,verticalmente, desliza hacia el hemisferio sur donde queda recogida como pasado. En este caso el sentido de la línea del tiempo es de arriba hacia abajo.